Un llamado a la accion

Cuando comenzamos a preparar esta edición especial sobre “Negociar por el Bien Común” de The Forge, pensamos en hacer un llamado a la acción y proponer una visión de las muchas formas en que los grupos comunitarios y laborales pueden trabajar juntos local y nacionalmente por un país y un mundo más justos. Creemos que este llamado a la acción es aun más importante en el contexto de la pandemia de COVID-19 que ha expuesto la desigualdad salvaje, la injusticia y las fallas de nuestros sistemas económicos y políticos. Nos convoca a todxs a ofrecer una visión del mundo que queremos crear y propone pasos concretos para atender el impacto inmediato de la pandemia y el colapso económico, el racismo creciente y la xenofobia. Necesitamos demostrar, a través de la acción, cómo estos pasos crean la posibilidad de organizar y lograr un país y un mundo más justos e igualitarios.

Cuando miramos hacia atrás en la historia, vemos que el colapso económico, la guerra, y otras crisis nacionales y globales, en todo su horror, pueden crear condiciones para un cambio transformacional radical por el bien. La Gran Depresión dio paso al Nuevo Trato que estabilizó la economía, creó millones de empleos y expandió la propiedad de viviendas (aunque es crucial señalar que a las personas de color se les negó acceso a oportunidades de propiedad de vivienda a través de prácticas discriminatorias que se conocen en inglés como redlining); la Segunda Guerra Mundial ayudó a que lxs trabajadorxs duplicaran el índice de sindicalización en las industrias básicas y reforzó las exigencias por la igualdad racial; el trasfondo de la Guerra Fría concedió a lxs manifestantes por los derechos civiles poder para presionar y exigir que Estados Unidos actuara según el liderazgo democrático mundial que aseguraba tener.

La historia también muestra, desafortunadamente, que las élites adineradas usarán las crisis para expandir su propia prosperidad, su control y su poder, aumentando la desigualdad y la división. Solamente tenemos que mirar hacia atrás, al colapso económico de 2008, para ver cómo desaprovechamos oportunidades progresistas y cuán fácilmente caímos en la trampa de buscar una vuelta a la “normalidad” previa a la crisis, como si fuera lo mejor a lo que pudiéramos aspirar. Todos los problemas de desigualdad, falta de servicios de salud, personas sin hogar, racismo y cambio climático que no se atendieron después de la Gran Recesión han magnificado y exacerbado el impacto de la pandemia.

Hay momentos en la historia cuando el mundo tambalea sobre el filo de una navaja – en los que podemos simultáneamente imaginarnos un mundo hecho nuevamente con base en la igualdad, la justicia y la liberación colectiva, y arriesgarnos a descender a un mundo distópico del capitalismo del desastre, la hiper desigualdad, el racismo y el patriarcado reventados, y la represión política. Entendemos que nos encontramos en un momento así.

Aunque los fondos de emergencia están llegando por gota a las comunidades, sabemos que al otro lado de esta pandemia enfrentaremos llamados masivos a la austeridad, ataques al sector público, crisis de pensiones, recortes a programas sociales importantes y llamados a los sindicatos del sector público y el sector privado a hacer grandes concesiones contractuales. La pregunta para nuestros movimientos sociales y nuestras comunidades es esta: ¿Nuestra meta es volver al mundo “normal” previo a la pandemia, repleto de desigualdad, racismo y dominación corporativa o imaginar, organizar y luchar por el mundo que queremos crear y que nos merecemos?

Necesitamos una estrategia para lxs trabajadorxs y sus aliadxs que tenga como fin atender los fracasos del capitalismo del siglo 21 que nos han traído a este tortuoso momento y que pueden movernos en dirección al futuro que necesitamos. Creemos que hay áreas de trabajo interrelacionadas que se nutren y apoyan entre sí, en las cuales podemos empezar a trabajar ahora mismo, como parte del marco de “Negociar por el Bien Común”:

 

Actuar ahora

Necesitamos hacer todo lo posible por atender el impacto inmediato que COVID-19 tiene en nuestras comunidades, lugares de trabajo y empleos. Las exigencias iniciales del bien común, provenientes de United Teachers of Los Angeles, Chicago Teachers Union y sus aliadxs y Massachusetts Teachers Association y Boston Teachers’ Union para detener los desahucios y las ejecuciones hipotecarias, brindar días por enfermedad con paga y cesar todas las detenciones y deportaciones en manos de la Migra (conocida como inmigración o ICE, por sus siglas en inglés), en combinación con acciones militantes como las ocupaciones de hogares en California, están demostrando que podemos tener victorias a nivel estatal y local que pueden promover cambios a nivel federal. Los sindicatos locales y las organizaciones comunitarias continúan creando plataformas por el bien común en respuesta a la crisis.

Es de suma importancia para este trabajo que se creen un marco y una narrativa de que estas luchas apenas son los primeros pasos. Sí están limitando el daño, pero no son la solución. Nuestros movimientos sociales pueden usar estas exigencias y victorias como momentos de organización y expansión de poder que cimenten las bases para exigencias y luchas más grandes y transformacionales. Si podemos ganar protecciones ante desahucios a corto plazo, ¿por qué no a largo plazo? Si podemos ganar interrupciones de servicios básicos, ¿por qué no servicios básicos públicos de agua y electricidad sustentables? La licencia por enfermedad con paga de corto plazo para algunxs puede ser el primer paso en una lucha por un programa integral nacional de días por enfermedad con paga; lo mismo aplica al sistema de salud. El paquete del estímulo propuesto no debe tratarse de fondos de rescate financiero para las industrias de combustible fósil y, en su lugar, debe financiar lo que muchxs de nosotrxs hemos luchado por mucho tiempo – un Nuevo Trato y una transición justa a una economía sostenible que funcione para todxs.

Tenemos que usar las luchas venideras – batallas sobre el estímulo económico, apoyo económico para lxs más impactadxs por el colapso económico, rescates financieros corporativos y elecciones – para luchar por exigencias transformativas del bien común, retar a la bolsa de valores de Wall Street, quebrar bancos grandes y monopolios, e inaugurar un Nuevo Trato Verde. La historia nos ha demostrado que organizar y batallar en tiempos de crisis pueden crear la solidaridad, la esperanza y los movimientos sociales que se necesitan para lograr un cambio a largo plazo.

 

Pasar a la ofensiva con el fin de crear una estrategia ambiciosa para después de la pandemia y las elecciones de 2020

Las corporaciones y lxs súper adinerados tienen un plan para quedar bien parados después de que pase la crisis inicial – al igual que lo hicieron después de la Gran Recesión. Terminaron con más dinero y poder después de la recuperación de la crisis que ellxs mismxs habían creado. No podemos darnos el lujo de repetir la desmovilización que ocurrió después de la elección de Barack Obama en 2008. Tenemos que proponer una agenda ambiciosa para la recuperación de la pandemia y la acción posterior a las elecciones.

Durante 2021 y 2022, más de 3 millones de trabajadorxs estarán negociando en un clima donde lxs empleadorxs públicxs y privadxs estarán exigiendo austeridad e insistiendo en que la gente trabajadora haga concesiones. Esto será una prueba sumamente importante. ¿Caemos en la trampa de tratar de limitar las concesiones o pasamos a la ofensiva y usamos la negociación crítica y las campañas organizativas para luchar por un cambio económico y político real, transformativo y sistémico?

 

Organizar y negociar juntxs por el bien común

Proponemos una idea sencilla: usemos la alineación natural de las expiraciones de contratos en todo el país para hacer exigencias del bien común en todos los sectores de la economía y la geografía del país. Imagínense la energía, la emoción y el movimiento social que podemos crear juntxs si docenas de campañas por el bien común se reflejan, magnifican y construyen sobre las huelgas de los últimos años, las cuales incluyen la de UTLA en Los Ángeles, la de AFSCME 3299 en la Universidad de California, y la de maestrxs y personal de apoyo en Chicago. ¿Y si esto ocurre en el país entero? Imagínense si cientos de grupos comunitarios y sindicatos se unen en campañas entrelazadas y posibles huelgas con exigencias comunes coordinadas, construyendo sobre esas coaliciones locales que se han formado en el país entero para que todas las tierras y viviendas residenciales en desuso se conviertan en viviendas asequibles, se desinvierta en las prisiones privadas, la detención y el combustible fósil, y se financien todas las escuelas equitativamente. Imagínense si la combinación de las exigencias por el bien común creara una imagen que nos contara la historia del mundo que queremos crear, en contraste con las exigencias corporativas y políticas de austeridad.

 

Mapear nuestras oportunidades con el fin de llegar a la acción masiva en 2022

Con el propósito de prepararnos para después de 2020, estamos creando un mapa que nos permita ver las expiraciones de contratos de los próximos años para más de 3 millones de personas. Esta herramienta permitirá que los grupos comunitarios y los sindicatos vean dónde hay negociaciones grandes – podemos empezar a planificar desde ahora cómo apoyarnos y crear exigencias por el bien común.

Sabemos que las corporaciones adineradas y poderosas ya tienen planes de consolidar sus riquezas, su control y su poder al otro lado de esta pandemia. Es nuestro trabajo y nuestra responsabilidad organizarnos ahora y prepararnos para las feroces batallas que definirán el futuro de nuestro país y del mundo.

Mientras leen esta edición de “Negociar por el Bien Común” de The Forge, verán la amplitud de las posibilidades que crea esta estrategia. Los sindicatos y las organizaciones comunitarias alrededor del país que han estado a la vanguardia de la estrategia de Negociar por el Bien Común (Bargaining for the Common Good, o BCG por sus siglas) han diseñado exigencias poderosas en las que nos podemos basar. Pensamos que estos tipos de exigencias ambiciosas, en combinación con el trabajo escalado de este año y 2021, preparan el escenario para el tipo de organización masiva, negociación, acción legislativa y huelgas que necesitamos para impactar drásticamente el futuro de nuestro país.

El mundo que conocíamos antes de COVID-19 se aleja rápidamente. Estamos viendo actos increíbles de esperanza, amor y generosidad, y una dedicación al colectivo – el bien común. Necesitamos construir sobre esta energía para confrontar a quienes buscan más desigualdad y racismo sistémicos. Tenemos el poder para transformar nuestro mundo, y Negociar por el Bien Común es una herramienta esencial en ese esfuerzo. Llegó el momento de que nos unamos para hacer todo lo posible para luchar por el bien común.

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