“Nuestro contrato debe representar el bien común”

En el otoño de 2019, un mar de camisetas rojas se derramó por las calles de Chicago. Las poderosas fotos de lxs huelguistas y manifestantes y de las pancartas que cargaban, “Una enfermera en cada escuela”, “Lucha por las escuelas que los niños de Chicago merecen”, dejaron claro que esta era una acción sindical distinta. Maestrxs, empleadxs de mantenimiento escolar, maestrxs asistentes, otrxs trabajadorxs paraprofesionales, madres y padres, todxs estaban comprometidos con un sacrificio en nombre de lxs niñxs de esta ciudad mayormente negra y de color. Era una exigencia de que la ciudad buscara redimir su anterior abandono de lxs niñxs de su sistema escolar. La huelga fue un llamado a la comunidad y el gobierno municipal para que tomaran el paso y amaran a estxs niñxs, para asumir responsabilidad colectivamente por ellxs, sus madres y sus padres. Todos los días, la huelga les comunicaba a lxs estudiantes de las escuelas públicas de Chicago: “Ustedes valen la pena, ustedes lo valen todo”. El valor de la crianza, la reproducción social y el cuidado estuvieron al centro de esta lucha… así es cómo funciona el feminismo interseccional.

Esta lucha es de justicia y equidad….” Stacy Davis-Gates, vicepresidente ejecutiva de Chicago Teachers Union (CTU), explicó. “Lxs maestrxs se dan a la tarea de representar el bien a través de ofrecer una gran educación y, por lo tanto, nuestro contrato también debe representar el bien común para darnos las herramientas necesarias para asegurar que eso ocurra”. Esta estrategia de “Negociar por el Bien Común” (BCG, por sus siglas en inglés) significa que la negociación colectiva brinda un medio/método para asegurar que las mejoras estructurales clave que sean ejecutadas por lxs miembrxs y el público/las comunidades a quienes estos sindicatos sirven. Hay varios elementos clave de BCG, los cuales incluyen: 

  • Negociar más allá de salarios y beneficios;

  • Identificar, exponer y retar a lxs verdaderxs villanxs;

  • Aliadxs comunitarixs como colegas que toman decisiones en el desarrollo de asuntos y la negociación;

  • Exigencias centradas en la justicia racial;

  • Fuerte organización interna y participación de la membresía;

  • Hacer uso del capital controlado por la membresía en campañas; y

  • Campañas continuas – que empiezan antes y se extienden hasta después del período de negociación.

La meta general es crear movimientos sociales poderosos que “luchan y ganan” por el bien común.

“CTU y Grassroots Collaborative y otrxs han argumentado que el distrito en realidad no está arruinado – que está “arruinado a propósito”, para justificar medidas de austeridad”. Jacobin

CTU, junto con otrxs aliadxs comunitarixs y sindicales y en profunda colaboración con Grassroots Collaborative, bajo la dirección de la directora ejecutiva Amisha Patel, comprobaron que un cambio grande es posible con un movimiento amplio y diverso y la voluntad de expandir la negociación más allá de asuntos del “pan de cada día”. En lugar de reducir todo a un enfoque en un asunto único que operaba dentro de la narrativa dominante del liderazgo municipal de que “Chicago está arruinada” y sus llamados por austeridad, este movimiento social de BCG “respondió” (hooks, 1989) con una demostración a través de una “feroz interrogación crítica” (hooks, 1990) de que la ciudad estaba “arruinada a propósito.” Al atar las preocupaciones que había en toda la ciudad acerca de cómo el dinero público se estaba usando para premiar a las compañías privadas de construcción y lxs contratistas, junto con preocupaciones acerca del estado de las escuelas públicas de la ciudad y preocupaciones que tenían lxs trabajadorxs por condiciones laborales en deterioro en las escuelas, esta huelga de CTU pudo ganar más con un mayor impacto para la comunidad más amplia. Este movimiento social, organizado en el transcurso de una década, trajo al público a la mesa junto con lxs miembrxs del sindicato para retar la toma de decisiones del Municipio como guardianes de la confianza pública y proveedorxs del bien común. Así es cómo funciona el feminismo interseccional.

La interseccionalidad… dejó clara la interconexión de diferentes sistemas injustos y explotadores.

Académixs activistas y organizadorxs del feminismo negro crearon una teoría de la interseccionalidad que arrojó luz sobre la discriminación en el trabajo porque visibilizó a las mujeres negras como trabajadoras desprotegidas y excluidas, y propuso remedios que atendieran las condiciones causadas por políticas y prácticas exclusivistas. La interseccionalidad es el análisis que deja clara la interconexión de distintos sistemas injustos y explotadores. La explotación económica, la misoginia, la homofobia, la transfobia y la supremacía blanca son sistemas de opresión entrelazados que se refuerzan mutuamente. Lxs líderes de BCG están creando orgánicamente una praxis de resistencia donde colegas y aliadxs aprecian la interrelación de nuestras luchas y la interconexión de las fuerzas materiales que crean nuestras condiciones colectivas. Aplicar una estrategia interseccional significa que la gente común tiene un foro y un medio para forjar una solidaridad real y crear más herramientas con el fin de lograr mayores victorias.

Pan y vivienda

BCG también rechaza la noción de que el sujeto histórico es “un gran hombre” o “una gran organización” y, en su lugar, enfatiza una alineación de la comunidad y las organizaciones de trabajadorxs y sus intereses en el bien común. La huelga de CTU es parte de un linaje de resistencia donde momentos críticos y grandes victorias son posibles gracias a las luchas predecesoras.

La huelga de textiles de Lawrence se recuerda, hasta el día de hoy, por la inspiradora valentía de lxs huelguistas y la solidaridad forjada a través de 40 nacionalidades distintas. El primer acto de resistencia fue inmóvil y silente. Frizadas detrás de los telares, las mujeres habían dejado de trabajar. La paga semanal había sido reducida por dos horas; no había suficiente para comer o para el alquiler en los sobres. La fábrica de textiles conocida como Everett Mill fue la primera en irse a la huelga. El silencio se convirtió en un suspiro a medida que la historia de lo sucedido en el taller se regó por todos los bloques de vivienda de Lawrence. Y en los días venideros se convirtieron en un rugido que ahogó a las máquinas. “¡Paga corta” ¡Todo el mundo afuera! ¡Todo el mundo afuera!”. La huelga de textiles de Lawrence había comenzado.

“… el eslogan de la huelga, una exigencia no solo de pan, sino también de rosas”.

Fue una huelga feminista. La prominencia de mujeres y niñxs en el esfuerzo huelguista y el liderazgo de la legendaria organizadora wobblie, Elizabeth Gurley Flynn, son parte de la evidencia del eje de cambio, alejado de la acción sindicalista centrada en hombres. Pero es el eslogan de la huelga, una exigencia no solo de pan sino también de rosas, lo que revela una expansión del sitio de la lucha sindical; la lucha no se trata solamente del taller, sino también del hogar. El movimiento obrero no era un movimiento social enfocado en la capacidad de los hombres para mantener económicamente a la familia patriarcal, era un movimiento social con el que lxs trabajadorxs lucharían por el cuidado y la seguridad de una comunidad entera.

BCG es parte del legado histórico de Bread and Roses (pan y rosas); rechazando la división entre el hogar y el trabajo, entre la comunidad y el sindicalismo. Al juntar múltiples partes interesadas y ejercer presión con las negociaciones sindicales para conseguir una justicia transformativa en el trabajo, el hogar, la escuela e, incluso, el medioambiente, BCG exige pan y rosas para todxs. Nuestro movimiento por la justicia social y económica ha cargado con el peso de buscar una sola respuesta o estrategia que cambie la marea y le arranque poder a las poderosas fuerzas que explotan a lxs trabajadorxs y oprimen a nuestras comunidades. Esta versión de la teoría histórica del movimiento progresista del “gran hombre” no nos ha servido y contradice nuestra propia historia.

Al irse a la huelga en nombre de estudiantes sin hogar, la huelga #CTUStrike trajo equidad para la protección de la raza humana y el bienestar económico de la membresía. A través de sesiones de escucha e investigación, esta campaña reveló las severas condiciones que las familias de lxs estudiantes y lxs miembrxs del sindicato estaban enfrentando o que les estaban impactando. Es importante reconocer que actualmente muchxs de lxs trabajadorxs que proveen cuidado y “crean el bien común” son mujeres, y lxs trabajadorxs de bajos salarios más vulnerables son normalmente negrxs y de color. CTU, junto con la Local 73 de SEIU, en representación del personal escolar no docente, y colegas comunitarixs, diseñaron, ampliaron y forjaron solidaridad para ganar exigencias del bien común que visibilizaron a comunidades específicas y sus necesidades más importantes para la negociación. 

“como mujer negra, la estrategia de BCG me permite ser plenamente la líder que necesito ser…”

Davis-Gates, líder de CTU, dijo que, “como mujer negra, la estrategia de BCG me permite ser plenamente la líder que necesito ser para mis miembrxs y mi comunidad”. El liderazgo de las mujeres importa, ¡especialmente el de las mujeres de color! Para que quede más claro aún, las estrategias y prácticas del liderazgo feminista no son inherentemente parte del liderazgo de todas las mujeres. Sin embargo, no puede haber una estrategia del “bien común” sin un análisis ampliado que esté informado por las experiencias de vida que las mujeres negras y de color tienen con el capitalismo. Al buscar remedios centrados en lxs más vulnerables a la vez que se exponen a los actores financieros (y su influencia política) como lxs villanxs que son, esta campaña de BCG representa no solo al liderazgo feminista, sino que promueve una praxis feminista que valora las experiencias de vida como parte clave de una metodología rigurosa que es esencial para mover hacia adelante las exigencias del bien común.

De las exigencias de BCG a un llamado a la acción por nuestro futuro

En marzo de este año, miles de trabajadorxs de mantenimiento en las Ciudades Gemelas de Minnesota se fueron a la huelga no solo para mejorar las condiciones laborales – también exigieron que sus empleadorxs tomaran acción para salvar el planeta. Bajo el liderazgo de Iris Altamirano, presidente de la Local 26 de SEIU e hija de trabajadorxs de mantenimiento inmigrantes, lxs miembrxs escogieron la protección ambiental como una exigencia central de su campaña. Su campaña reflejó el trabajo de luchas feministas por la justicia social en el Sur Global, donde grupos de mujeres, desde mujeres indígenas en Amazonas hasta mujeres afrocolombianas en el Pacífico, están liderando la lucha por proteger el planeta y poner fin a los peligrosos efectos de las grandes industrias sobre el medioambiente. Lxs trabajadorxs de mantenimiento, con sus colegas comunitarixs de las Ciudades Gemelas, usaron la oportunidad de las negociaciones para educar al público y lograr un avance en una de las causas más importantes de nuestros tiempos.

… estamos enfrentando varias crisis entrelazadas de autoritarismo, depresión económica y la pandemia de COVID-19 que están desbaratando a trabajadorxs y comunidades.

En un momento en que enfrentamos varias crisis entrelazadas de autoritarismo, depresión económica y la pandemia de COVID-19 que están desbaratando a trabajadorxs y comunidades en todos los niveles, desde pequeños pueblos rurales y grandes ciudades hasta países enteros alrededor del mundo, lxs líderes de BCG están promoviendo estrategias para proteger a trabajadorxs y familias en formas que retan el mito de la economía patriarcal de un “proveedor” que se enfoca solamente en lxs empleadorxs. Incluyen: la coalición de sindicatos, organizaciones comunitarias y funcionarios electxs de Chicago que exigen 15 días adicionales de licencia con paga, pruebas de COVID-19 gratuitas y sin trabas para individuos y familias, y una moratoria sobre desahucios y pagos hipotecarios; United Teachers of L.A. exige cierres escolares proactivos para las escuelas de Los Ángeles, “acceso gratuito y confiable a internet de banda ancha” y la cancelación de deudas; lxs choferes de autobuses en Detroit están en huelga por viajes gratuitos para lxs pasajrxs y condiciones laborales seguras para lxs choferes. Gracias a las duraderas relaciones entre sindicatos y comunidades, forjadas a través de campañas continuas, en tiempos de crisis estxs líderes del bien común responden rápidamente a la exigencia de redes amplias de seguridad y ofrecen cambios de narrativas como el “derecho a la recuperación” para tener un sentido de esperanza que es muy necesario.

En 2021-2022, millones de trabajadorxs seguirán negociando contratos al mismo tiempo. Sabemos que, después de recibir billones en rescates financieros, la bolsa de valores de Wall Street y las gigantescas corporaciones van a exigir austeridad, atacar la red de seguridad social, nuestras pensiones, nuestras escuelas – la lista es larga. También sabemos que intentarán ponernos a lxs unxs en contra de lxs otrxs y hacer que compitamos por las migajas que queden después de su rescate financiero. Al igual que hay un poder tremendo en alinear los contratos que se negociarán al mismo tiempo, elevar las exigencias interconectadas del bien común que unen a nuestros movimientos sociales es ingrediente crucial de toda estrategia que no luche solo para resistir la austeridad, sino por construir el mundo que queremos ver y que merecemos.

Vivimos momentos volátiles y peligrosos. Y nuestro trabajo tiene que ser fuerte, nuestro análisis abarcador, porque no tenemos tiempo que perder. BCG ha demostrado ser una forma en que las comunidades locales pueden unirse y ganar por todxs, uniendo a hogar y el trabajo y todos los espacios entre medio. Como lxs trabajadorxs de la industria textil de Lawrence, las campañas de BCG continuarán eliminando las cargas que pesan sobre lxs trabajadorxs y las comunidades más vulnerables aquí y en todos lados, y luchando por una justicia transformativa para cada unx de nosotrxs. Así es cómo funciona el feminismo interseccional.

 

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